lunes, 15 de febrero de 2010

Manipulación y partidos

Propaganda política reforzada.

Miércoles 03 de Febrero de 2010 13:18
Publicidad integrada: los políticos como marca

Jenaro Villamil

Ahora las telenovelas y los programas de televisión constituyen el nuevo foro de partidos políticos, gobernantes y funcionarios para hacer proselitismo; es una forma de publicidad ilegal que prolifera en la televisión comercial de México, genera altas ganacias, pero al no estar regulada se negocia de manera discrecional, sin consultar la opinión de las audiencias.

Primera escena en 2009. El actor Raúl Araiza aparece en la transmisión de tres capítulos de la serie Un gancho al corazón portando una camisa con la leyenda “Soy verde”, en clara promoción al Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

La denuncia llegó al Consejo General del IFE, pero el 19 de agosto de 2009 los consejeros decidieron que esta violación a la ley electoral no merecía una multa de tres millones de pesos para el PVEM y para Televisa. Se quedó en una amonestación pública.

El consejero Marco Antonio Gómez Alcántar, identificado como afín al Partido Verde en el IFE, admitió que se trataba de una violación legal, pero como la “publicidad integrada” no está regulada como tal en el Cofipe, sólo merecía una amonestación, y cinco de los nueve consejeros decidieron que así debía ser.


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Propaganda disfrazada, un negocio turbio

Luis Miguel Carriedo



Los publicistas han diseñado para los medios electrónicos, desde mediados del siglo pasado, una fórmula que implica camuflar anuncios para que marcas y productos sean parte de la trama en películas y programas de televisión.

Se conoce como product placement o producto integrado, y ha jugado un importante papel en el financiamiento de filmes como la saga de James Bond, quien, interpretado por Daniel Craig, luce un reloj “Omega”, tiene alta tecnología de espionaje en computadoras “Vaio” y utiliza celulares “Sony Erickson” para localizar a los malos. No es algo nuevo. Antes, Pierce Brosnan conducía un “BMW” en Tomorrow never dies (1997), y Roger Moore, en la cinta Moonraker (1979), hasta cabalgó al son de la música que utilizaba “Marlboro” en los anuncios de su tabaco.

En la exitosa serie Sex and the City, Sarah Jessica Parker parece tener adicción a la cafeína que se vende en “Starbucks”, y Christopher Reeve, en Superman II (1980) pelea encima de un camión, otra vez de “Marlboro” -los cigarros predilectos de Luisa Lane en la cinta-, para luego aventar al súper villano por el cielo de Metrópolis hacia un inmenso anuncio de “Coca cola”.

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