miércoles, 7 de octubre de 2009

¿Y si cobramos por el agua.... de lluvia ?


Suena descabellado pero ya hubo la iniciativa de hacerse de fondos por el agua pluvial no muy lejos de aquí: en Bolivia. Y tampoco hace mucho, en el 2000. Para saber en qué y cómo terminó dicha iniciativa sólo tienes que hacer click aquí: http://www.youtube.com/watch?v=xw5Fon_EjGw&feature=PlayList&p=95CE25C123DA4235&playnext=1&playnext_from=PL&index=45

Lo anterior viene a cuento pues la disponibilidad de agua para la población ya es un asunto de seguridad nacional en todo el mundo además de que la SS señaló que el 8.3% del agua de abastecimiento público en Tláhuac, Xochimilco y Milpa Alta presentaban heces fecales.

Pierde cuidado, seguramente no es tu delegación o si lo es, a tu casa llega del 91.7% restante.
Tampoco es para que comencemos a almacenar contenedores de agua en nuestras casas, sino simplemente para reflexionar e informarnos. Y si algo queda, para cuidar el líquido.

Aquí un extracto del artículo que publica la revista emeequis.

En México, las autoridades aseguran que el agua está en peligro, que pronto se puede acabar. Pero esas palabras no arrancan miedo a todos, no al menos a la industria del agua embotellada que en los últimos años ha tenido tal auge que hoy somos el segundo país, sólo después de Estados Unidos, que más líquido embotellado consume en el planeta: 25 mil millones de litros al año.

Hay dos factores clave para que esta industria tenga asegurado su futuro: el agua que corre por las tuberías no es apta para el consumo humano y los irrisorios precios que paga por el agua que extrae del subsuelo nacional.

Vea por qué la multiplicación del negocio: un litro de agua cuesta a la industria 0.00143 pesos. Esa misma cantidad puesta en botellas de plástico la vende en 6 pesos.
La diferencia es brutal: 4 mil 200 veces más. En el mejor de los casos -depende de la zona geográfica-, lo que las empresas pagan por el agua no llega ni a dos centavos por litro. Por eso, que el agua se acaba no es algo que le quite el sueño a Coca-Cola, Pepsico, Nestlé y Danone, las cuatro trasnacionales que controlan entre 40 y 50 por ciento de un mercado que vale 40 mil millones de pesos al año.

En México el agua más preciada sale de botellas y garrafones de plástico. Desde 2003, nuestro país es el segundo consumidor de agua embotellada más grande del mundo, superado sólo por Estados Unidos.

Beverage Marketing Corporation (BMC), una consultora internacional especializada en este mercado, indica en su último reporte mundial que en 2008 los mexicanos consumimos aproximadamente 25 mil millones de litros de agua embotellada. Esa es una cifra fuera de toda proporción. Con el volumen de agua que bebemos de botellas y garrafones se podría abastecer con 27 litros diarios durante un año completo a cada una de las 2 millones 215 mil viviendas del Distrito Federal.

La venta de esa masa de agua representa, por supuesto, un magnífico negocio para las cuatro empresas trasnacionales que dominan buena parte del mercado nacional. Y las cuantiosas ganancias que registra la industria que procesa y vende el agua embotellada no sólo tiene que ver con el monstruoso volumen que se consume, sino con los pocas veces vistos márgenes de ganancia que obtienen.

Los datos hablan por sí mismos: las embotelladoras de agua extraen grandes volúmenes de aguas de acuíferos, consideradas bienes nacionales, a precios irrisorios: Las tarifas que pagan al Estado por el agua que extraen gracias a concesiones son impensables. En el mejor de los casos -depende de la zona geográfica del país-, lo que cubren por el agua obtenida del subsuelo no llega ni a dos centavos por litro. En el peor, la cifra ni siquiera se puede calcular en la vida cotidiana: pagan la décima parte de un centavo por un litro de agua.

El artículo es bastante largo, aquí el texto integro
http://www.m-x.com.mx/xml/pdf/192/22.pdf

3 comentarios:

  1. Si las casas, oficinas, negocios, fábricas, empresas, adaptaran sistemas de captación pluvial sería menos el consumo de agua para la realización de sus actividades, o simplemente se colocaran tambos o contenedores cuando llueve, disminuiría el gasto por concepto de suminstro de agua a éstos, sin embargo en México no tenemos esa concepción del aprovechamiento de los recursos, si se captara el agua de lluvia nuestros mantos acuíferos no estarían secos, disminuirían los hundimientos como los que se presentan año con año en delegaciones como Tláhuac o Iztapalapa, ya que por falta de hidratación de los mantos freáticos se originan dichas grietas. Se disminuirían la excesiva construcción de pozos de extracción prifunda. Por otra parte gobiernos como Canadá además de proveer el servicio de agua a los ciudadanos, potabiliza la misma, por lo que el canadiense no gasta en garrafones ni en sistema de filtración, obviamente este servicio ya viene incluido en su pago. Por otro lado, es necesario hacer que las transnacionales se les cobre un valor justo por la extracción del agua en nuestro país, y no poner precios irrisorios a nuestros recursos naturales. Al menos se debería impulsar la creación de empresas mexicanas que se dedicaran al negocio del agua, para que por lo menos el dinero se quede en el país.

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  3. En México tenemos poca noción de los que significa optimizar los recursos, de la población en general, pocos conocemos los enormes beneficios ambientales que, si queremos verlo así, tarde o temprano tendrían un impacto económico favorable.

    Según una iniciativa del PRD entregada a la Comisión de Medio Ambiente el 29 de septiembre de 2009, se dice que se gasta mucho dinero para potabilizar el agua que generalmente es empleada para uso no alimentario.

    El cálculo para 2009 por el mantenimiento del sistema Cutzamala será de 300 millones de pesos, pero darle un mantenimiento mayor costaría tres mil 500 millones de pesos, porque entre 30 y 50 por ciento del agua para abastecimiento público se pierde en fugas.

    La captación de recursos pluviales beneficia también el impacto de inundaciones, ya que la se le da un respiro a las presas y a los sistemas de potabilización.

    Todo esto sigue sonando muy bien, pero no podemos negar de difícilmente podremos imaginar un sistema de captación de agua pluvial en nuestras casas… todavía no existe una orientación al respecto y si la hubiera, resultaría muy caro y tal vez, poco práctico.

    Creo que sería bueno, así como hizo Vaconcelos, durante su gestión como Secretario de Educación, cuando promovió la pintura mural como decoración en algunos edificios públicos de la ciudad de México, ver que algunos edificios públicos adaptaran estos sistemas… digo… al menos para romper el hielo, más vale empezar ahora a que “Papá Gobierno” nos reclame algunos años después de no hacerle caso a tiempo.

    Les dejo las fuentes:

    http://comunicacion.senado.gob.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=11960&Itemid=80

    http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=462600

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